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No me Niegues Cap. 3 [ArgXcHi]

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ConejoBix's avatar
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La luna estaba preciosa, blanca como la nieve, pero sin embargo, aún no estaba llena. Seguía siendo una media luna.


-¿Estás seguro de lo que haces Martín?- Preguntaba el paraguayo al volante. Manuel se había quedado dormido y Martín lo tenía rodeado con su brazo.

-Vos sabes, te he dicho que las cosas no están bien... Sé lo que hago...- Martín se oía seguro. Tenía claro lo que iba a pasar, al cabo de unas semanas más. Él sabe que solo con esto puede evitarlo- Haré que las cosas vuelvan a hacer como antes...- "Que vuelva a nacer el amor"

-Bien, en caso de cualquier cosa, llámenme y los vendré a recoger...

-Gracias Dani...- No se dijo más del tema. Manuel se acomoda, dejando su cabeza en el hombro de Martín. "Te amo Manu" El chileno oía esa voz, que le repetía lo mismo muchas veces...

Manuel soñaba. Él estaba sentado en una banca de una plaza, sin niños y estaba muy oscuro.

-Martín!... Martín!... ¿onde estai?- Se pone de pie- Mart...- Sus ojos se oscurecen por dos grandes manos- Chucha ¿Qué esta...?

-¿Quién soy?- La voz era familiar... tenía que ser él.

-Ma-Martín que estai...- Cuando se quita esas suaves manos de los ojos. El paisaje nocturno, la plaza, la banca, ya no estaban. Todo era luz- Oe, ¿y la plaza?- Al voltearse, se encuentra con una vista demasiado horrible. Esta sorprendido. Frente a él estaba el argentino, pero no se veía bien. Sus ojos verdes no brillaban, estaba empapado, su cabello lucía más oscuro y se veía que estaba llorando...

-Te amo...

-Martín perdóname...- ¿Qué? Se sorprendió un poco antes sus propias palabras. "¿Por qué dije eso?... perdóname ¿de qué?"

-Adiós Manu...- Martín se desvanecía como si fuera polvo ante los ojos del chileno. Éste no se dio cuenta que estaba tan empapado como el argentino.

-No Martín! No!... perdóname, no me dejes solo!...  MARTÍN!- Lloraba, se sentía solo, y culpable... ¿de qué?

"Manu... Manu... Manu despertate"... Manuel escucha la voz del argentino otra vez, pero no lo veía.

-Che Manu... despertate!- Manuel despierta de su triste sueño. Mira con susto al argentino "Él está aquí"- ¿Qué te paso?... che parece que tuviste una pesadilla. Estas sudando...

-¿Llegamos?...- Miraba por la ventana. La noche es oscura ¿Más oscura de lo normal? "¿Me lo abre imaginao?"... Manuel se sentía mal. Estaba asustado.

- Sí, vení acá... Mira donde nos quedaremos-  Ayuda al castaño a bajar del auto- Mira...- Manuel quedo boqui abierto.

-Tincho... e-esta es... t-tu- Manuel tartamudeaba sin querer.

-Mi casa Manu- El chileno lo miraba extrañado.  Por culpa de los años Manuel apenas recordaba lo grande que era. Pero resultó que esta no era la casa que él conocía, esta es otra, y nunca la había visto antes... ¿Lo habrá imaginado?-... Te gusta?

-Sí, obvio... se ve bakan...- En verdad no le interesaba la casa. Pensaba en Martín. Ese maldito sueño, algo le estaba diciendo, pero no entendía qué.

-Che Dani, me ayudas a bajar las maletas?- El paraguayo se baja. Y comienzan a bajar las dos maletas y las dos mochilas. Con el repentino viaje, ambos trajeron sus mochilas con los libros y cuadernos del colegio.

Manuel no quería mirar atrás. Solo ponía sus ojos de miel en esa casa. Que por alguna razón, jura haberla visto antes. Pero ¿En dónde? Martín volteó  varias veces hacia Manuel, veía sus ojos, tan hermosos, y con la luz de la media luna, brillaban y hacían ver más ese color miel pura. "¿En que pensas Manu?"... El argentino se voltio y la soca la Maleta de Manuel. Con esa era la ultima.

-Uf!... Bueno Martín, yo mejor me voy...- Se acerca al oído del argentino- Suerte... recuerda, si pasa algo me llamas- le susurra con claridad- Me despides de Manuel. Adios.

-Hasta luego Dani, ve con cuidado...- El paraguayo hizo rugir el motor y en la oscuridad de la calle, las luces de vehículo se iban perdiendo. Manuel ni cuenta se dio. "Mierda... bueno, tendre que darle el regalo acá no más poh... ojala le guste" Pensaba en ver un buen momento para darle su regalo sorpresa. Por la otra parte, Martín solo pensaba en las cosas que hará para tener el corazón del chileno otra vez.- Che Manu, vos llevas las mochilas, que yo llevo las maletas.

-Ya…- "ja!... estaba puro pasándome películas... nadie nos perseguía ni huíamos de nadie... pero ¿Pa que me trajo para acá? Tratare también de no poner mala cara"... Manuel pesca las mochilas. La mochila de Martín estaba pesada. Se suponía que la mochila del castaño ya venía pesada por culpa del regalo. "¿Este weón trae piedras?" Dejo de tomarle importancia, con calma entraron al gran patio. Verde bien cuidado y a lo lejos del terreno se podía ver un invernadero.

Cuando ya estaban parados frente a la puerta principal, Manuel nota que la casa es mucho más grande de lo que se veía desde la calle. Martín saca la llave y abre la puerta. "¿Cómo sera?"... Prende la luz. Manuel queda segado por la potente luz, creo que estuvieron mas tiempo afuera, a la oscuridad como para acostumbrarse a esa luz. Abre despacio los ojos, ahora puede ver claramente.

-Woah!... R-Rucio, ¿enserio es tu casa?, es súper bakan...- Parecía emocionado al ver una casa tan bonita como esa. No pensaba reaccionar así.

-Che Manu, desde ahora, esta es nuestra casa- Manuel lo miro fijo... "¿Qué fue lo que dijo?"

-Q-Que wea estai diciendo?...- No sabía si estaba enojado o confundido "¿Nuestra?... pero ¿Porque?"... El argentino por fin suelta las maletas y la tira para adentro. Ya desocupado, cierra la puerta... Manuel mira por todos los lados de la casa algo nervioso...

-Pedí permiso para que vos faltes al cole, así que por ese lado no te preocupes- El castaño no tenía palabras ¿Por qué y para qué? Al chileno simplemente no le salían. "¿Qué le digo?" Martín mira a los ojos al ojimiel, parecían nerviosos. Sentía que esos ojos lo marcaron.

Manuel se sentía alagado igual, con un nudo en la garganta. Dejando su orgullo, cierra sus ojos y de sorpresa, abraza fuerte al rubio. Éste se sonrojo, sintiéndose enternecido por tal escena la que estaba viviendo... Por fin, el calor lo invadió y lo abrazó también.

-Martín... yo...- Tenía que decirlo. Él quería. El argentino se lo merecía.

-Huh?- Se extrañó… ese tono de voz, que hace tiempo no escuchaba al chileno.

-Tgh... te... yo te... TE AMO!- No sabía cómo decirlo, pero lo dijo. Le daba vergüenza. No sabía si el argentino se reiría o no, tampoco quería que estuviera presente ese silencio tan incómodo.

-También te amo, mi amor...- Sus brazos se aprietan. Por cosas del corazón, toma entre sus blancas manos la cara morena-... No sabes cuánto te amo Manu- No puede soportar más, es imposible hacerlo. Lo besa sin pensarlo. Manuel cierra los ojos, dejándose llevar por ese sabor... ese tan especial... Pero algo pasa por sus mentes. "Algo está mal... no es lo mismo. ¿Qué está pasando?"  Separan sus labios, ambos con unas sonrisas deprimentes... tristes. ¿Qué era ese algo?- Vení, te preparare algo especial. Debes tener hambre- Al notar ese algo, era tiempo de actuar. Al mismo tiempo el castaño pensó lo mismo.

-Yap... yo te ayudo- Manuel siguió por detrás al argentino a la cocina.

-Manu, no hace falta, tu solo sentate y descansa...

-No, quiero ayudarte...-Martín no puede negarse, temía que el ojimiel se enojara. Asiente con la cabeza. Manuel piensa y planea lo suyo. Mientras pone los platos, tenedor y cuchillo.

-Che Manu, te hare una comida solo para ti- Manuel se amarraba un delantal a la cintura.

-Jaja... enserio?... yo también poh- El argentino sonríe. "¿Lo hace... por mí?"

Ambos comenzaron a cocinar, cada uno con su idea en especial. Claro, a Manuel le costaba más. No sabía dónde estaban las especias, le daba vergüenza preguntar.

-Manu, si necesitas algo para tu comida, puedes sacar ingredientes del estante...- Manuel, estaba sonrojado. "Me leyó la mente" Martín ni se volteó y el chileno no le respondió. "¿Alcanzare?" Pensaba mientras miraba hacia arriba, ese alto estante. Alzaba la mano tratando de alcanzar la puertecita. Martín se volteó al llamarle la atención un ruido, ante él, su chileno, brincando para alcanzar el estante. "Qué lindo"

-Eh?- Manuel sentía algo. El argentino lo tenía acorralado.

-Si tenes problemas, podías haberme pedido ayuda...- El castaño se enrojeció. Martín con facilidad alcanzaba el estante- Decime, ¿Qué necesitas?- La abre.

-La... la sal!- Se puso más nervioso. Estaba rojo...- Oe... s-se te... va a quemar tu...

-Mierda!...- Se le quitó de encima, pasándole la sal en la mano, y volviendo rápido a su cocina...

-Jaja weón... jajaja...

-Che Manu, no te rías, que esto de lo tenes que comer todo.

-Me lo como poh...

A pesar de que era ya muy tarde. Ya horas de la madrugada. La noche se mantenía joven... El primer paso estaba listo... Recuperar la escasa comunicación. Ya que, mientras cocinaban para el otro, hablaban, reían, gritaban todo lo que querían, nadie les diría nada.

Faltaban horas para el amanecer. La luna se mantenía tranquila... Brillaba con intensidad. Tal vez era al imaginación de alguien, pero parecía que la luna de había llenado más... sí, tenía más cuerpo... ¿Seria el destino?



                              *C*C*C*C Fin Capitulo 3 C*C*C*C*
MIAU! TA-DAH!!! el tercer cap... gomen por la demora, esque soy un conejo distraido :iconawesomecatplz: espero que les guste, no era lo que esperaba pero lo mejorare *-* miajajajajau *risa malvada* ahora toy terminando el cap de mi otro fic :icononionx3plz:

Manu y Tincho son de :iconrowein:
y Dani es de :iconmakotohayama:
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dannyvanabadeer's avatar
Una pregunta tendrá la continuación es que me quede súper picada,